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 Tradiciones de Bélgica

La Navidad en Brujas

 

Brujas, una de las ciudades más bonitas de Bélgica, es un lugar que enamora y que en fechas navideñas lo hace aún más. Aunque hace bastante frío, el buen ambiente en unas calles llenas de gente y las muchas cosas por hacer y ver invitan a no pasar por alto esta ciudad como destino para una escapada durante las vacaciones de Navidad.

Ya desde finales de noviembre se vive la Navidad en esta ciudad de Flandes, pues ya por entonces se monta el mercadillo navideño en la principal plaza de la ciudad, la Grote Markt, y en una calle anexa, la Simon Stevinplein. En estos mercadillos no sólo encontrarás artículos navideños, sino que también podrás tomarte un chocolate o un vino especiado caliente, los mejores remedios para revitalizar el cuerpo ante las bajas temperaturas.

Este no es el único mercado que encontrarás en Brujas por estas fechas. En la Balstraat, y desde mediados de diciembre, también encontrarás otra buena cantidad de puestos donde comprar gorritos de Papa Noel, postales y todo tipo de artículos para las fechas que se vienen.

Volvemos a la Grote Markt si lo que quieres es hacer algo tan típico como patinar sobre hielo. Si te animas, en esta gran plaza se instala también una pista que funciona desde las 11:00 hasta las 21:00 horas. Y si lo tuyo es el deporte, puedes animarte a participar en la carrera navideñaque se celebra anualmente por los mojados y adoquinadas calles de la ciudad.

Indispensable es aprovechar para visitar el Festival de Nieve y Esculturas de Hielo, que cada año se dedica a una temática diferente. Este curioso museo de hielo lo encontrarás durante estas fechas junto a la Estación de Brujas y el precio de la entrada cuesta alrededor de 15 euros.

Zombie Day, una de las fiestas más frikis de Bruselas

En estos tiempos se celebra el Día Mundial de casi todo, día mundial de no sé qué, día mundial de no sé cuanto … De lo menos pensado. ¡Si hasta se celebra un Día Mundial del Zombie!

Desde hace algunos años, siempre en el mes de octubre aunque realmente sin fecha fija, se celebra a lo largo de todo el mundo este día tan friki o freak. Miles de personas, amantes de películas, series o videojuegos en los que los zombies son los protagonistas, aprovechan la ocasión para adecentarse como tal y hacer un poco el muerto viviente por la calle.

Bruselas es una de las ciudades que se ve tomada por una marcha zombie durante ese día. Principalmente es gente joven la que se reúne para hacer el zombie por toda la ciudad y, lo que más me gusta, es que algunos portan maquillaje para ir “transformando” en zombie a todo el que se deje. Así, muchos van formando parte, sin comerlo ni beberlo, de una marcha callejera que crece conforme avanza.

Otra de las peculiaridades de la fiesta es que no se sabe realmente donde empieza. Usando internet y las redes sociales, los primeros participantes deciden a última hora cuál es el punto de reunión para comenzar la marcha. Así aumentan el efecto sorpresa, sobre todo entre los despistados que no saben qué es Zombie Day.

El desfile del Zombie Day se complementa con otras actividades, como por ejemploproyecciones de películas relacionadas con la temática. Es una especie de anticipo aHalloween, una festividad que va calando más en la capital y que en días llenará los escaparates de las tiendas.

El Festival del Chocolate, en Mons

En Bélgica, que se precia de ser el país del chocolate, no puede faltar una fiesta dedicada a este riquísimo manjar. Esa fiesta se celebra desde hace algo más de una decena de años enMons, una ciudad de la provincia de Henao, en la región de Valonia, famosa por ser la sede del cuartel general de la OTAN.

Durante un fin de semana del mes de marzo, normalmente el último o el penúltimo, el centro de la ciudad de Mons se convierte en un mercadillo dedicado exclusivamente al chocolate. Los alrededores de la plaza principal de la ciudad se llenan de puestecillos donde comprar todo tipo de productos que se elaboran con cacao: tabletas, bombones, galletas, postres … Y no hablamos solo de comestibles, sino también de cremas, por ejemplo.

Aunque uno no vaya con intención de comprar, lo cierto es que puede salir bastante bien surtido de allí. Y es que, como imaginarás, en este tipo de festivales los vendedores siempre andan ofreciendo pequeñas muestras de sus productos, como degustación, así que picando un poco de cada puesto, acabas lleno. Y más, si vas los dos días.

Fuera aparte, hay muchas otras actividades para amenizar el festival. Hay actividades gastronómicas, como demostraciones de cocina, realizadas por prestigiosos chefs, o incluso talleres para que los más pequeños vayan aprendiendo ya a manejarse a la hora de hacer postres. Y hay actividades lúdicas, como animación callejera, siempre y cuando el tiempo respete, que por las fechas no es fácil.