Historia de Bélgica.
La actual Bélgica fue poblada primitivamente por la tribu celta de los
belgas, como la denominaban los romanos. Julio César los su VIII
de nuestra Era, el territorio de los belgas fue incorporado a los
Estados franceses de Lotario, hijo de Carlomagno, luego a los del
duque de Borgoña hasta el siglo XV; perteneció a España hasta el
año 1714, en el cual Bélgica quedó en poder de Austria. Los
franceses invadieron y ocuparon en 1792 el país el cual pasó,
después de la caída de Napoleón, a Holanda hasta el año 1831, en
que alcanzó definitivamente su independencia y se organizó como
monarquía hereditaria. A su primer rey, Leopoldo I, le sucedió su
hijo Leopoldo II; éste fundó como empresa comercial particular el
Estado Libre del Congo, y lo cedió a su muerte al Estado belga, el
cual se ha beneficiado de él hasta 1964. Bélgica fue ocupada por
los alemanes durante las dos Guerras mundiales de 1914-18 y
1939-45, bajo los reinados de Alberto I y su hijo Leopoldo III. En
1950, ascendió al trono el hijo de éste último, Balduino I.
Bélgica, Holanda, Luxemburgo y una parte del norte de Francia,
forman la región de los Países Bajos, con historia común hasta
1579 (véase Holanda). La separación entre el idioma romance y el
germánico coincidió con el límite del Sacro Imperio RomanoGermánico,
que dividió a los Países Bajos por la mitad.
Entre 1519 y 1814 las provincias sureñas fueron sucesivamente
gobernadas por España (1519), Austria (1713) y Francia (1794).
Luego de la caída de Napoleón en 1814, las potencias europeas
impusieron la unificación con el norte. Las provincias del sur habían
ya forjado una identidad propia y no estaban dispuestas a aceptar
una autoridad holandesa.
La economía de la región reposaba en la producción de lino y la
manufactura textil, cuya expansión fomentó un gran crecimiento
demográfico. La coincidencia entre terratenientes y manufactureros,
unida a la concentración de los telares, facilitó la industrialización.
En Gante (Gent), Amberes (Antwerpen) y Tournai surgieron fábricas
con más de 100 obreros, que percibían salarios muy bajos.
En 1830, la burguesía de Bruselas se armó contra las autoridades
holandesas. El conflicto se generalizó, y las potencias reconocieron
la independencia de las provincias del sur, que desde entonces se
llamaron Bélgica. El Congreso adoptó la monarquía parlamentaria,
con un cuerpo elector de propietarios. La monarquía parlamentaria,
institucionalizada en 1830, ha sobrevivido hasta nuestros días.
A fines del siglo XIX, los obreros exigieron el derecho de voto y
mejores condiciones de trabajo. Tras violentos incidentes, el
gobierno aprobó leyes de vivienda popular y de protección en el
trabajo, en particular a mujeres y niños. El Parlamento cambió la
Constitución y, en 1893, se implantó el sufragio universal masculino,
pero en forma limitada.
Entre 1880 y 1885, el rey Leopoldo II, al frente de un grupo de
inversores, financió expediciones internacionales al Congo,
convirtiéndolo en su enclave privado. La mala administración
económica, junto con las severas protestas de varios países
europeos por la excesiva represión y explotación que sufrían los
nativos, forzó al gobierno belga a asumir al Congo como colonia en
1908. Con esto vieron fin los peores excesos, si bien tanto el
gobierno, como la iglesia y los negocios belgas aumentaron su
influencia en el territorio durante los años subsiguientes.
En el siglo XX el sistema democrático se vio dos veces amenazado
debido a las guerras mundiales. Sin embargo, en ambos casos, la
democracia prevaleció. En 1914, Alemania pretendió cruzar
territorio belga a fin de invadir Francia. Al negarse Bélgica a dar
paso a los alemanes, quedó involucrada en la guerra. El Tratado de
Versalles devolvió a Bélgica los territorios de Eupen y Malmédy.
Bélgica firmó en 1920 un acuerdo de asistencia militar con Francia
y, el año siguiente, se unió económicamente con Luxemburgo.
En África, las tropas belgas ocuparon las ex colonias alemanas de
Rwanda y Burundi.
En la Segunda Guerra Mundial, Bélgica se definió neutral, pero fue
ocupada por Alemania en 1940, hasta la liberación en 1944. El
retorno del rey -prisionero de guerra de los alemanes- generó una
fuerte controversia. En un plebiscito, 57% votó por la vuelta, pero la
tensión en la región Valona obligó a Leopoldo III a abdicar en favor
de su hijo Balduino en 1950.
En 1947, Bélgica, Holanda y Luxemburgo formaron la asociación
económica llamada Benelux, en el marco de la entonces llamada
Comunidad Económica Europea (actual Unión Europea, UE.).
Bélgica se integró asimismo a la OTAN en 1949. En 1960 se
independizó el Congo belga, pero Bélgica y las potencias
occidentales siguieron interviniendo en la ex colonia (después,
Zaire, actual República Democrática del Congo). En 1962 se
independizaron Rwanda y Burundi.
El voto femenino fue aprobado en 1949. En 1975, las mujeres
belgas conquistaron el derecho a igual remuneración que los
hombres.
En los años 60 y 70, la cuestión del idioma y de la autonomía de
Bruselas creció en importancia. En 1970 se les adjudicó a las
comunidades lingüísticas mayor autonomía en lo atinente a
cuestiones culturales. En 1980, el Parlamento aprobó una nueva
estructura federal, con las regiones de Flandes, Valona y Bruselas
como distritos capitales. Esto marcó el comienzo de un proceso de
descentralización que continuaría por 20 años.
A partir de 1983, la instalación de cohetes nucleares de la OTAN en
Bélgica generó una polémica nacional. En 1984 y 1985, empresas e
instalaciones de la OTAN sufrieron atentados. Los misiles fueron
retirados en 1988, luego de un acuerdo de reducción de
armamentos entre Estados Unidos y la URSS. Junto con los misiles,
desapareció una vez más el movimiento de masas.
En 1992 el primer ministro Jean-Luc anunció un plan de reducción
del déficit fiscal, incluyendo cortes drásticos en el gasto público,
siguiendo los requisitos del Tratado Europeo de Maastricht. El
gobierno cerró el presupuesto de 1997 con un déficit de 2,7% en el
PBI. A pesar de la enorme deuda pública, que excedía claramente
los criterios del Tratado de Maastricht, se le permitió a Bélgica
ingresar a la Unión Monetaria Europea.
El 31 de julio de 1993, tras 42 años de reinado, murió el rey
Balduino, quien fue sustituido por su hermano Alberto.
Las elecciones europeas de 1994 reflejaron la desconfianza de la
población hacia los partidos de la coalición de gobierno. En los
comicios europeos de junio y los municipales de octubre los
socialistas francófonos perdieron votos en tanto que el Vlaams Blok
se convirtió en el segundo partido de Amberes, ganando 18 de los
55 escaños en disputas.
Al mismo tiempo, el parlamento aprobó cambios constitucionales
que transformaron a Bélgica en un estado federal. En mayo de
1995 los votantes eligieron por primera vez, además de sus
representantes al parlamento, a los 75 miembros de las tres nuevas
asambleas regionales de Bruselas, Flandes y Valona. Dehaene
obtuvo una clara victoria en los comicios nacionales, que le permitió
seguir al frente del gobierno.
Los acuerdos de Lambermont, en 2001, continuaron la reforma del
estado por vía de la descentralización. Se transfirió el control de la
agricultura, el comercio exterior y la cooperación para el desarrollo a
Flandes y Valona. De todas formas, la seguridad alimentaria siguió
siendo un asunto federal. Esta medida fue resultado de escándalos
vinculados a la alimentación que amenazaron al país por años,
incluyendo fiebre porcina, la enfermedad de la vaca loca, aftosa y el
escándalo de la dioxina. Este escándalo forzó la dimisión de
Dehaene y llevó al poder a una coalición liderada por Guy
Verhofstadt, líder del Partido Liberal Flamenco (VLD). Coaligado
con socialistas y verdes de ambas comunidades, Verhofstadt dejó
fuera del gobierno, por primera vez en 41 años, a los
democristianos.
En base a la ley de genocidio de 1993, los crímenes contra la
Humanidad, cometidos en cualquier parte del mundo, pueden ser
juzgados en Bélgica. En 2001, cuatro ciudadanos rwandeses fueron
sentenciados en Bruselas por tomar parte en el genocidio de 1994.
En el mismo año, la ley de genocidio motivó que el premier israelí,
Ariel Sharon, cancelara su visita a Bélgica: varios palestinos,
sobrevivientes de las masacres de 1982 de Shabra y Shatila, en
Líbano, habían levantado cargos de genocidio contra él,
responsabilizándolo por las muertes.
En 2001 Bélgica reanudó relaciones diplomáticas con la República
Democrática del Congo. El premier Verhofstadt y el canciller Michel
visitaron la ex colonia para fomentar las negociaciones de paz que
deberían poner fin a la guerra en el oriente de aquel país.
Verhofstadt prometió asimismo poner en la agenda europea los
problemas de Congo.
El flujo de refugiados provenientes del Tercer Mundo y países ex
comunistas se convirtió en tema político en Europa. La mayoría de
los países europeos introdujeron medidas para "sacarse de encima"
la mayor cantidad posibles de solicitudes de asilo. Bélgica siguió
esa tendencia aboliendo todo apoyo económico a los refugiados e
implementando un procedimiento rápido de deportación. La política
de asilo belga fue criticada por Amnistía Internacional.
En julio de 2001 Bélgica asumió la presidencia de la Unión Europea
y puso el impuesto Tobin, la tasación de las transacciones
financieras internacionales, en la agenda europea. Para enero de
2002, el euro reemplazó al franco belga como moneda nacional.
La sección belga del movimiento anti-globalización, formado por
sindicatos, grupos pacifistas y ecológicos, movimientos pro Tercer
Mundo y diversas organizaciones no gubernamentales, ocupó las
calles de Gante y Bruselas en agosto de 2001, en protesta contra la
política de la Unión Europea y otras instituciones internacionales.
En diciembre, el gobierno autónomo flamenco suspendió relaciones
con Israel en protesta por la violencia contra el pueblo palestino.
A principios de 2002, el consejo de la región autónoma de Bruselas
también decidió suspender el acuerdo de cooperación firmado con
Israel dos años atrás.
El 1º de abril de 2002, una sinagoga de la comuna de Anderlecht en
Bruselas fue atacada con un "cocktail molotov", sufriendo daños
materiales de poca entidad, provocando un reforzamiento de las
medidas de seguridad. Un gran número de árabes que vive en
Bruselas, junto a militantes de organizaciones de derechos
humanos, manifestaron frente a la embajada israelí en Bruselas.
La corte belga a cargo del proceso a Sharon postergó la decisión
judicial con la finalidad de que los abogados pudieran debatir en
una nueva audiencia sobre el fallo de la Corte Internacional de dar
inmunidad a los gobernantes en ejercicio.
Asimismo, la Unión Europea decidió el 2 de abril en Bruselas
continuar con el apoyo financiero a la Autoridad Palestina,
principalmente para el mantenimiento de servicios esenciales. La
vocero de la UE, Emma Udwin, describió la situación en Palestina
como "impactante", y llamó al cumplimiento de la resolución 1402
del consejo de seguridad de la ONU.
Un comité de eminentes historiadores completó el estudio por los
alegatos de muerte de 10 millones de congoleses en manos de la
armada privada del rey Leopoldo II. Bruselas se disculpó por la
muerte en 1961 de Patricio Lubumba, primer ministro de la
República Democrática del Congo. Bélgica asumió la
responsabilidad moral de la muerte de Lubumba que pereció tras un
golpe de Estado en manos del cabecilla de las fuerzas armadas,
Mobutu Sese Seko.
En marzo de 2004, comenzó en la corte de Arlon (una de las
ciudades más antiguas del país, situada al sur, el juicio Marc
Dutroux (47 años, electricista desempleado), acusado de secuestro,
violación y asesinato. El juicio se celebró 8 años después de
cometidos los crímenes, entre 1995 y 1996. Dutroux y otras tres
personas, estuvieron involucradas en el secuestro de seis jóvenes,
torturadas, en algunos casos forzadas sexualmente y, cuatro de
ellas, asesinadas. Dos jóvenes fueron rescatadas con vida.
En junio de 2004, finalmente Dutroux fue declarado culpable de
pedofilia y sentenciado a cadena perpetua. Además se falló en
relación a los otros tres implicados: Michelle Martin, 44 años, ex
esposa de Dutroux, fue hallada culpable de conspiración, 30 años
en prisión, Michel Lelievre, 32 años, culpable de secuestro, Michel
Nihoul, 62 años, negociante; fueron sentenciados a 25 y 5 años de
cárcel respectivamente.
En julio, 15 personas murieron y más de 120 resultaron con
quemaduras graves, en una explosión ocurrida en la planta
industrial Ghislenghien en Ath (pueblo situado a 30 Km. al suroeste
de Bruselas). Varias de las personas muertas habían estado
investigando una pérdida de gas de un gasoducto que transportaría
ese combustible desde las costas belgas hacia Francia. La
explosión fue catalogada por el gobierno belga como uno de los
peores desastres de los últimos tiempos pues la zona pareció un
campo de guerra. París brindó helicópteros y ayuda médica de
emergencia.
Aunque, tras meses de negociaciones fallidas acerca de derechos
lingüísticos en un distrito que incluía partes de Flandes y Bruselas,
el gobierno ganó un voto de confianza en el parlamento en mayo de
2005, la decisión final, fue diferida otros dos años y puso en duda el
futuro de Bélgica como país unificado. El tenor de la disputa, que
implicaba cómo dividir a los partidos políticos Flamencos y Valones,
era de difícil resolución: muchos francófonos se habían mudado a
suburbios flamencos en los últimos años, y los partidos políticos no
estaban dispuestos a perder el control de esos votantes. Para ser
un país tan pequeño, Bélgica ha sido un importante campo de
batalla por siglos.
Este país fue ocupado por Alemania durante la Segunda Guerra
Mundial, y ha experimentado un auge económico en los últimos
cincuenta años, convirtiéndose aspa, en un modelo de democracia
liberal de Europa Occidental.
Bruselas es el recinto de las oficinas centrales de la unión europea
y de la OTAN.
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